miércoles, 4 de octubre de 2017

Brotes verdes para la continuidad de la convivencia democrática.



Me preocupa que, por ambas partes sentirse cargadas de razón, nos empujen a una situación interna de paz precaria, de convivencia hostil, de imposición violenta, más allá del territorio concernido.

Hoy, más que nunca, más que arriesgado es peligroso salirse del "mainstream", de la corriente principal, en medio de la escalada de tensión no cabe la neutralidad.

Lo que en tiempos de normalidad hubiera sido condenado como apología a la violencia se está convirtiendo en cotidianeidad y no nos estamos percatando de ello.

Vaya usted ahora mismo a cualquiera de los principales periódicos y atienda a los comentarios de las principales noticias.

¿Ha visto cuanto odio y cuanta invitación a la violencia? 

En los bares, donde ya se levantaba la voz antes, ahora resuena con tirria, con el odio del ignorante intransigente que es incapaz de aceptar que hay gente que piensa lo contrario a el y, lejos de respetar, requisito indispensable para convivir, se pretende imponer, repitiendo las consignas que su medio de comunicación habitual le proporciona a modo de propaganda, que más que informarte,te posiciona.

Sepa usted que me es completamente indiferente sus preferencias ideológicas, su sentimiento patrio y cualquier otra de las características que puedan asemejarnos o diferenciarnos, pero sepa bien, que ante todo le respeto. 

Me preocupa de sobremanera la evolución que este asunto está teniendo, veo brillos en miradas oscuras que parecen ilusionarse con la violencia.

No es únicamente una cuestión regional, aunque regional sea el origen del problema, no podría estar más distante en diagonal del lugar y, aún así, hay conatos de violencia.

Poca cosa, por ahora, pero absolutamente nada tiende a mostrar que haya visos de mejora.

Hoy, a todos los que nacimos en democracia, ya no nos parecen tan imposibles determinadas situaciones que aún pareciendo sentenciadas al pasado, parecen estar sucediendo.

Cuídense mucho, no discutan absurdamente por ideas, la violencia ideológica es de las más absurdas posibles porque la gente, con el tiempo puede cambiar de ideas y la violencia ideológica solo tiene sentido desde una concepción estática e inmovilista de las ideas en las personas. 

No se puede defender la democracia con argumentos autoritarios propios de tiranías. No podemos imponer nuestro entendimiento de las cosas.

Hagannos el favor, políticos altamente eficientes, de evitar la escalada de violencia, algo que si tuvieran virtud debería ser el objetivo a toda costa.

No deja de irse aquel al que le pegas para que no se vaya, cañonearlos hace 175 años no basto para que hoy quieran seguir aquí y arrasarlos nuevamente tampoco tiene porqué conseguir nada diferente.

No le tengamos miedo a la democracia, que puedan decidir democráticamente y que se respete el resultado.

Sería muy triste que, por actuar aún más tarde y aún peor, un referéndum que pudiera salir negativo ahora, aún, tal y como ha pasado recientemente en Reino Unido, termine resultando afirmativo por la cantidad de violencia empleada entre tanto.

Algo absurdo que en la historia quedaría.

No le tengamos miedo a la democracia, no hagamos el ridículo de querer defender la democracia pegándole a quien la entiende diferente, no llamemos nazi a Gandhy.

El estado tiene el monopolio de la violencia legítima, pongamos todos un poquito de tolerancia de nuestra parte para que así pueda seguir siendo.

Cómo dijo Arthur Schopenhauer: "Todo imbécil execrable, que no tiene en el mundo nada de lo que puede enorgullecerse, tiene como último recurso vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad"

No seamos hoy esos imbécibles que se matan por lo que piensan, como bien refleja el cuadro del encabezado de Goya: Duelo a garrotazos.

Yo, personalmente, no estoy a favor ni en contra de que Cataluña pueda independizarse, me es completamente indiferente que convivamos en paz en el mismo país o en países diferentes, lo que verdadera y únicamente me importa es la paz.

Cómo nos descuidemos y sigamos está corriente, nos vamos a terminar matando entre hermanos por defender a unos políticos corruptos, en ambos lados, que han conseguido enfrentarnos  para que nos peleamos entre nosotros y nos olvidemos de cuánto daño nos están haciendo ellos.

#YoNoQuieroUnaGuerraCivil.

Ojalá que tú tampoco.


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